El Árbol de Saliva
Una agradable sorpresa que me trajo el pasado.
"Un libro que considero imprescindible para los amantes del género."
Hace algún tiempo publicaba en mi cuenta de Instagram una brevísima reseña de este libro y la verdad es que me quedé con ganas de explayarme algo más sobre el asunto. Sabemos que en esa red social los escritores no la tenemos fácil por las limitaciones de texto que nos imponen. Ya que con tan solo 2000 caracteres apenas si alcanza para transmitir una idea, ni pensar en lograr algo más elaborado.
Así las cosas, ahora que tengo blog me tomaré revancha explayándome como el libro realmente lo merece.
El Árbol de la Saliva (o Árbol de Saliva, según donde se haya publicado) es una antología de cuentos de Brian Aldiss (1925-2017), escritor británico que fuera uno de los precursores de la nueva ciencia ficción inglesa.
El cuento homónimo que titula la antología se publicó originalmente en 1965 en la prestigiosa y recordada revista «The Magazine of Fantasy & Science Fiction» y ganó el «Premio Nébula a la Mejor Novela Corta» de ese mismo año.
La misma trata sobre lo que en principio parece ser una bendición caída del cielo (literalmente) en una granja de la campiña inglesa pero que no tarda en revelarse como una inagotable fuente de problemas que obligará a su protagonista a iniciar una investigación cargada de tensión. Debo reconocer que posee un ritmo que ha sabido envejecer con total soltura y que aún en nuestros días de extrema sobre estimulación nos atrapa.
Resulta que esta obra, que fue escrita con motivo del centenario del nacimiento de H.G. Wells, es la más conocida (aunque no para mí que ignoraba sobre su existencia) de un autor que ya de por sí está considerado como el maestro del cuento y el relato breve. Algo que a mí particularmente me llena de felicidad pues siendo yo mismo un escritor de cuentos al que le cuesta la novela, me brinda algo de tranquilidad y esperanza sobre el futuro.
Hay quiénes sostienen qué la historia es un inquietante homenaje a Wells ya que mezcla conceptos presentes en su «La Guerra de los Mundos» con «El Hombre Invisible». Sin embargo no puedo dejar de notar una inspiración de allende los mares, muy posiblemente venida de «El color que cayó del cielo», del genial H. P. Lovecraft, ya que, aunque la trama no avanza por el mismo sendero, si que hay una suerte de ambientación y clima que recuerdan al relato del Noctámbulo de Providence. Si esto fue o no a propósito, de todos modos para mí es un gran homenaje más que bien merecido al bueno de Philip. Como inspirador involuntario al menos.
Gratamente, como digo, me encontré con una obra inesperada.Sabiendo que Aldiss fue quién fue, es decir uno de los principales representantes e iniciadores de la llamada «Nueva Ola» de la ciencia ficción británica, esperaba leer una seguidilla de cuentos de ese mismo género y con temáticas similares como suele suceder con otros grandes de la ciencia ficción. A saber: «Crónicas Marcianas» de Ray Bradbury, «Yo Robot» de Isaac Asimov, etc.
Sin embargo, no podía estar más equivocado.
Me encontré con diez relatos muy diversos y con los más variados temas entre los que destaca por su celebridad, el que como ya dije, da título a la obra. Pero no es el único.
Dentro de la temática de los cuentos que la conforman encontramos un poco de todo. Algunos escritos gozan incluso de un cierto humor morboso que se agradece mucho, como el caso del asesino serial que resulta que es un vecino bastante melindroso y discriminador en «Un placer compartido».
Muy interesante también el cuento «Peligro: Religión» que habla de distintas realidades. Lo que hoy llamaríamos el Multiverso, pero que gracias a las musas no es el de Marvel ni el de DC, pues aquí la especulación acontecida es de primera línea y persigue un fin totalmente distinto. Totalmente contrario, podríamos decir, puesto que el autor busca hacernos pensar.
Si bien el pasaje de una realidad a otra es posible gracias a un sencillo artilugio descrito en el cuento, las consecuencias de esto no son nada sencillas y el desenlace nos deja pensando en las implicancias de nuestros propios actos.
También muy dignos de mención, son: «La joven y el robot con flores», divertida historia que posee una importante impronta autobiográfica, y el intenso y un tanto macabro «Un hábito solitario».
Como apreciación personal, y ojo que contiene spoiler, me gustaría destacar que en «El árbol…» nuevamente somos testigos, ahora lo sé, del plagio descarado al que nos tiene acostumbrado Hollywood, pues la película «Depredador» (1987) y toda la franquicia le debe mucho, sino todo, a este relato. Como era de esperarse, no recuerdo haber leído mención alguna sobre esto en los créditos finales de las mencionadas películas.
Hasta aquí mi recomendación disfrazada de reseña sobre un libro que considero imprescindible para los amantes del género, no tanto de la ciencia ficción en particular, sino especulativo en general.
Ahora cuentenme ustedes: ¿Lo leyeron? ¿Si es así, qué les ha parecido? ¿Creen que de verdad es tan importante como yo lo he sentido?
Hace algún tiempo publicaba en mi cuenta de Instagram una brevísima reseña de este libro y la verdad es que me quedé con ganas de explayarme algo más sobre el asunto. Sabemos que en esa red social los escritores no la tenemos fácil por las limitaciones de texto que nos imponen. Ya que con tan solo 2000 caracteres apenas si alcanza para transmitir una idea, ni pensar en lograr algo más elaborado.
Así las cosas, ahora que tengo blog me tomaré revancha explayándome como el libro realmente lo merece.
El Árbol de la Saliva (o Árbol de Saliva, según donde se haya publicado) es una antología de cuentos de Brian Aldiss (1925-2017), escritor británico que fuera uno de los precursores de la nueva ciencia ficción inglesa.
El cuento homónimo que titula la antología se publicó originalmente en 1965 en la prestigiosa y recordada revista «The Magazine of Fantasy & Science Fiction» y ganó el «Premio Nébula a la Mejor Novela Corta» de ese mismo año.
La misma trata sobre lo que en principio parece ser una bendición caída del cielo (literalmente) en una granja de la campiña inglesa pero que no tarda en revelarse como una inagotable fuente de problemas que obligará a su protagonista a iniciar una investigación cargada de tensión. Debo reconocer que posee un ritmo que ha sabido envejecer con total soltura y que aún en nuestros días de extrema sobre estimulación nos atrapa.
Resulta que esta obra, que fue escrita con motivo del centenario del nacimiento de H.G. Wells, es la más conocida (aunque no para mí que ignoraba sobre su existencia) de un autor que ya de por sí está considerado como el maestro del cuento y el relato breve. Algo que a mí particularmente me llena de felicidad pues siendo yo mismo un escritor de cuentos al que le cuesta la novela, me brinda algo de tranquilidad y esperanza sobre el futuro.
Hay quiénes sostienen qué la historia es un inquietante homenaje a Wells ya que mezcla conceptos presentes en su «La Guerra de los Mundos» con «El Hombre Invisible». Sin embargo no puedo dejar de notar una inspiración de allende los mares, muy posiblemente venida de «El color que cayó del cielo», del genial H. P. Lovecraft, ya que, aunque la trama no avanza por el mismo sendero, si que hay una suerte de ambientación y clima que recuerdan al relato del Noctámbulo de Providence. Si esto fue o no a propósito, de todos modos para mí es un gran homenaje más que bien merecido al bueno de Philip. Como inspirador involuntario al menos.
Gratamente, como digo, me encontré con una obra inesperada.Sabiendo que Aldiss fue quién fue, es decir uno de los principales representantes e iniciadores de la llamada «Nueva Ola» de la ciencia ficción británica, esperaba leer una seguidilla de cuentos de ese mismo género y con temáticas similares como suele suceder con otros grandes de la ciencia ficción. A saber: «Crónicas Marcianas» de Ray Bradbury, «Yo Robot» de Isaac Asimov, etc.
Sin embargo, no podía estar más equivocado.
Me encontré con diez relatos muy diversos y con los más variados temas entre los que destaca por su celebridad, el que como ya dije, da título a la obra. Pero no es el único.
Dentro de la temática de los cuentos que la conforman encontramos un poco de todo. Algunos escritos gozan incluso de un cierto humor morboso que se agradece mucho, como el caso del asesino serial que resulta que es un vecino bastante melindroso y discriminador en «Un placer compartido».
Muy interesante también el cuento «Peligro: Religión» que habla de distintas realidades. Lo que hoy llamaríamos el Multiverso, pero que gracias a las musas no es el de Marvel ni el de DC, pues aquí la especulación acontecida es de primera línea y persigue un fin totalmente distinto. Totalmente contrario, podríamos decir, puesto que el autor busca hacernos pensar.
Si bien el pasaje de una realidad a otra es posible gracias a un sencillo artilugio descrito en el cuento, las consecuencias de esto no son nada sencillas y el desenlace nos deja pensando en las implicancias de nuestros propios actos.
También muy dignos de mención, son: «La joven y el robot con flores», divertida historia que posee una importante impronta autobiográfica, y el intenso y un tanto macabro «Un hábito solitario».
Como apreciación personal, y ojo que contiene spoiler, me gustaría destacar que en «El árbol…» nuevamente somos testigos, ahora lo sé, del plagio descarado al que nos tiene acostumbrado Hollywood, pues la película «Depredador» (1987) y toda la franquicia le debe mucho, sino todo, a este relato. Como era de esperarse, no recuerdo haber leído mención alguna sobre esto en los créditos finales de las mencionadas películas.
Hasta aquí mi recomendación disfrazada de reseña sobre un libro que considero imprescindible para los amantes del género, no tanto de la ciencia ficción en particular, sino especulativo en general.
Ahora cuentenme ustedes: ¿Lo leyeron? ¿Si es así, qué les ha parecido? ¿Creen que de verdad es tan importante como yo lo he sentido?
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