Hola Mundo

"De los confines de ninguna parte, nace un nuevo blog en tiempo de redes."

"Una humilde chispa de creatividad en las tinieblas del plagio inconmensurable de las redes sociales."



En el mundo de la informática, «Hola Mundo» es generalmente un sencillo programa muy básico que muestra, como es de esperar, la frase «¡Hola, mundo!» en la pantalla o cualquier otro dispositivo (impresoras, voz en parlantes, etc). Por lo simple de su estructura, este programa se suele utilizar como introducción al aprendizaje de un lenguaje de programación. Es un ejercicio típico y se considera fundamental desde el punto de vista didáctico, así como folclórico dentro de la cultura del oficio del programador.

Para el que le interese profundizar un poco en el tema, le comento que el primer ejemplo documentado de un programa Hola Mundo, o Hello World en su idioma original, data de 1973 y se lo puede encontrar en la obra «A tutorial introduction to the language B», de Brian Kernighan. En fin, como introducción esto es más que suficiente, así que vamos a lo nuestro:

Siendo pez que nada en ambas corrientes, la informática y la literaria, me pareció un interesante juego de conceptos nombrar de este modo a mi primera entrada formal en este blog.

La pregunta que resta entonces es: ¿Por qué diablos un blog en tiempos de redes sociales? ¿No es un concepto un tanto obsoleto?

La respuesta no es tan sencilla. Concuerdo en que las redes sociales son el furor y una gran herramienta, sobre todo si uno quiere ser uno más del montón. ¡Vamos! Que no es sorpresa que si algo define hoy a, por ejemplo, Instagram, Facebook y hasta al mismo Twitter, ese algo es la impersonalidad y también el plagio. Cada una de ellas (y otras también) tienen sus propias normas, reglas, estilos y hasta culturas propias, podríamos decir. Pero convengamos que nadie sobresale allí mucho y menos si no paga para publicitarse. Se habla demasiado de marca personal, de contenido de calidad y luego resulta que todos más o menos prosperan tan sólo repitiendo hasta el hartazgo lo que está de moda. Que el bailecito, que el reel, que el playback. A menos que se tengan tetas y se las muestre, por supuesto, eso ayuda bastante.

No, definitivamente las redes sociales no ayudan mucho si se pretende ser original siendo uno mismo y ni que decir si se intenta generar contenido con una cierta profundidad filosófica y hasta cultural. Tener la mente muy abierta en sitios con ciertas políticas que restringen la libertad de expresión en pos de mantener una sociedad «feliz», no suele ser muy recomendable.

En un mundo donde la comida chatarra prolifera, donde las cosas tienen fecha de caducidad incluso antes de haber sido fabricadas, obsolescencia calculada que le dicen, ¿qué otra cosa podemos esperar más que la proliferación de una cultura de aguas hasta los tobillos? Una «cultura chatarra», para continuar extendiendo el término. Cine chatarra (en mi país le decimos pochoclero, o sea apto solo para comer pochoclo o palomitas de maíz), música chatarra (¿reggaeton?, ¿trap?, ¿L-Gante?, ¿Bad Bunny?), arte plástico chatarra (¿una banana pegada con cinta a una pared?, ¿esculturas invisibles?, ¿en serio?) y claro, como no podía ser de otro modo: literatura chatarra de la mano de la proliferación de los microrrelatos o muchas veces (aunque no siempre, claro) escritura para gente sin talento. Una idea apenas pensada, o robada, nada desarrollada e inmediatamente escrita o grabada y publicada en la red social de su preferencia.

Tal vez suene un poco extremista, no seamos injustos, porque, qué hay contenido de calidad en las redes, lo hay. E incluso unos micros muy buenos tambien, no se vayan a creer que odio el género del microrelato. Solo los de mala calidad. El problema es que estamos de basura hasta el cuello y lo bueno pasa casi desapercibido o es muy pero muy complicado encontrarlo. ¿Han intentado encontrar buen material en Wattpad? ¿Algo que no sea el mismo plagio romanticote en infinitos escenarios?

Redondeando, que tengo tendencia a irme por las ramas, por eso y algo más, me estoy retirando paulatinamente de las redes sociales y he decidido, aunque tal vez a contra corriente, hacerme un lugar en el mundo de las artes literarias mediante esta herramienta tan interesante que es el blog. Un sitio que he decidido llamar «Fuego Interno» por dos motivos. El primero, porque como algunos sabrán soy el fundador de un movimiento literario relativo a la ficción especulativa al que he llamado: «Revista Fuego Eterno» y que tengo la inmensa fortuna de llevar adelante junto a mi querida amiga « Vecca Preetz » y un conjunto de otros adorables personajes. Por tanto (o tonto) me pareció interesante el juego de palabra. El segundo motivo y tal vez el más importante: los que practicamos alguna clase de actividad artística sabemos que para hacerlo se necesita tener dentro ese fuego que no se puede explicar y que es el que nos incita (¿acaso exige?) a que saquemos fuera todo un potencial que grita por emerger. Ese es un fuego que no se puede apagar y que, si no se atiende y canaliza, nos destruye. ¡Créanme si les digo!

Para no hacerla más larga, los saludo de corazón y les agradezco en el alma que se hayan tomado el tiempo de leer hasta acá. Solo me resta comentarles que en próximas entradas iré escribiendo sobre ficción especulativa que es mi pasión, es decir: ciencia ficción, terror, fantasía, absurdo, thriller y muchas cosas más relacionadas a este interesante submundo de la literatura. Compartiré con ustedes, artículos de opinión, divulgación y escritos, muchos escritos, antiguos y contemporáneos, propios y de gente que de verdad merezca el tiempo de lectura que ustedes y yo les daremos.

Sin más, nos vemos la próxima.